Por lo general la obra romántica suele ser la favorita de los alumnos. Aquí es donde tenemos que demostrar toda nuestra musicalidad. Vamos a ver cómo plantear el estudio de una obra romántica para que tu interpretación demuestre todo tu potencial.
Índice
Elección de la pieza romántica.
El romanticismo corresponde con las composiciones realizadas en el siglo XIX. Vamos a hacer el preludio 6 op 28 de CHOPIN. Podríamos hacer algún otro de este opus, e incluso he visto a algún alumno llevar un nocturno a las pruebas pero creo que no es necesario. Habrá tiempo de sobra para poder abordar un nocturno con garantías.
En este estudio podremos trabajar el fraseo y demostrar nuestra habilidad en la mano izquierda. Escucha esta preciosa obra si no lo has hecho todavía.
Si queréis saber más sobre los preludios y la estancia de Chopin en Mallorca (que fue donde los compuso), tenemos un pequeño artículo sobre el op 28 en nuestro blog.
Preludio nº 6 op 28 de Chopin.
En esta primera sección trabajaremos la dirección de la mano izquierda hacia el centro de cada arco marcado con las ligaduras (el si del segundo compás y el re del cuarto). En la mano derecha haremos los acentos de las primeras corcheas simplemente dejando caer la mano con el ataque normal y haciendo la segunda desde el doble escape, si estás en un piano de cola, o pegados a la tecla sin despegar los dedos al subirla.
En el segundo pentagrama comienza en sol mayor, un ligero cambio de color en este preludio. Podemos plantearlo un poco más fuerte y escucharemos atentamente la disonancia que se forma en el segundo compás de este pentagrama. Haremos la dirección hacia el fa del segundo compás pero no disminuiremos tanto si no que seguiremos con dirección al tercer compás.
El tercer compás del segundo pentagrama es el que presenta mayor dificultad de la obra. Intentaremos destacar la nota superior de la mano derecha haciendo piano las notas interiores. Cerramos la frase después del re de la nota superior de la penúltima corchea del último compás.
La segunda parte empieza igual que el comienzo pero en el tercer compás sorprende con una nueva sección mayor. Marcamos con un poco más de fuerza la llegada del sol mayor.
El último compás del pentagrama presenta una repetición de fraseo en do mayor. Como todas las repeticiones en música sirven para generar tensión. Nos aprovecharemos de eso para plantear nuestro fraseo. Los empezaremos piano con dirección hacia la última nota, sobre todo en la segunda vez.
En el siguiente pentagrama volvemos a menor y buscamos un buen contraste haciendo un piano marcado. En el tercer compás del segundo pentagrama podemos intentar hacer un pianísimo para buscar algo de color.
Esta última sección comienza con una sorpresa, una cadencia rota (V grado que va a un VI). Para lo más técnicos, no lo hace directo si no que hace un apoyatura en el quinto grado con bajo en sol para luego resolverlo en sol. En el cifrado moderno sería un F#/G o Gsus4.
Después de esta sorpresa comenzamos la parte final, primero con una frase que se repite en la mano izquierda con un tono lúgubre o en «ruinas» como decía Schumann sobre los preludios de Chopin.
El último pentagrama se podría considerar como coda final. Como una marcha que se va alejando y cada vez se escucha más piano. La mano derecha debe intentar hacer todos los ataques muy cerca del teclado y la izquierda ligar bien cada nota.
Recomendaciones generales.
Aunque ya haremos un video sobre el fraseo, aquí va un anticipo:
Utilizaremos la armonía y el fraseo para organizar nuestra interpretación. Aunque la mano derecha es básicamente un ritmo de corcheas, no podemos hacerlas estáticas si no que tendremos que ir cambiando su duración en función de la armonía y el fraseo. Es más fácil escucharlo que escribirlo pero resumido sería ir acelerando hacia el centro de la frase y crescendo y ralentizar y disminuir hacia el final.
Y ya está, os esperamos en el siguiente capítulo del curso 🙂
